Bodas de oro

Chistecito del día

Ese gitano que va a que le tuneen el coche a un taller especializado.
Una vez allí , le ponen los faros nuevos tuneaos, le ponen las lunas tintadas, y unos alerones que le hacen el coche muy fardón...
El operario del taller, entrega el coche al gitano y este cuando lo ve dice:

-Oooye paaayooo, quieeero que me pongas una pigatina de las moloooonas en el caaarro nuevoooo.

"Muy bien señor, aquí tenemos un catálogo de pegatinas que le irían muy bien al color de su coche..."

-Naaaa, dejateeee, yo quieeeero una que ponga GITANER

"No conozco esa marca , señor, pero déjeme que eche un vistazo por internet a ver si doy con ella"

Y al rato vuelve:

"Señor, he buscado en nuestra lista de marcas y sponsors, y no tengo nada parecido. Yo diría que esa marca no existe, así que no se la podemos poner"

-Aaaayyy el paaayooo malaaajeeee, que diiiice que no me pué poner GITANER, los paaayoos si podís poner PAYONER , y nosotros los gitaniiitos , no podemos llevaaá GITANER...Mal rayo te paaaarta.

Chistecito del día bis

Una pareja de ancianos que acaban de cumplir sus 50 años de casados, y puesto que celebrar unas bodas de oro, no está al alcance de cualquiera, son entrevistados por la televisión. El periodista pregunta que cómo han sido capaces de aguantarse tantos años juntos. la mujer responde:

"Porque no hemos discutido nunca"

"¿Nunca?, pero eso es increíble, ¿y tantos años?, ¿cómo lo han logrado?, a ver que responda el esposo...

-Pues mire usted, mi mujer se ha criado toda la vida en el campo, y allí tenía una yegua a la que quería más que otra cosa en el mundo, pues pasaban horas y horas juntas trabajando en su finca. Eran uña y carne, tanto que incluso el día de nuestra boda, engalanó al animal , para que tirara de nuestro carro en la luna de miel.

De camino a nuestro destino, la yegua tropezó, y mi mujer le dijo al animal con voz muy firme : UNO.
Continuamos el camino,y a mitad del trayecto, la yegua tropezó de nuevo. Mi mujer la miró y le dijo: DOS.
Y ya al llegar al destino, la yegua volvió a tropezar. Mi mujer bajó del carro, le dijo a la yegua, TRES, acto seguido, sacó la escopeta y le pegó 2 tiros al pobre animal.

Yo alucinando, la dije: ¡Pero tú estás loca, asesina!, pero ¿cómo se te ocurre matar a ese pobre animal?, loca, desquiciada, asesina...

Mi mujer me miró fijamente y me dijo : UNO...
Y desde entonces, ningún problema entre nosotros.