domingo, 12 de junio de 2022

Cómo romper el cántaro



El amigo PP nos ha explicado muchas veces cuál es su cuento de la lechera, llegar a un momento en el que considera que ya tiene suficiente invertido y entonces empezar a gastarse los dividendos mensuales, aumentando su dinero disponible para caprichos una buena cantidad y pasando a ser un "desahogao financiero". Supongo que cada uno tenemos el nuestro, el mío es jubilarme con suficientes acciones para que los dividendos me den una paguita equivalente a unos 1000€ al mes actuales. Con eso y la pensión que me quede (que será escasa porque he sido muchos años autónomo, y porque tengo más fé en las matemáticas que en los gobiernos) espero llegar "desahogao" a esa fecha, pero todavía me queda muuuucho, que por ahora sólo cobro en dividendos un 23% del objetivo.


El caso es que el otro día me acabé un libro sobre Charlie Munger, y una de las cosas que el bueno de Charlie dice es que para conseguir un objetivo a veces viene bien pensar en cómo conseguir lo contrario, y así sacar una lista de cosas que hay que evitar a toda costa. Y como 'winter is coming', creo que es el momento de hacer ese ejercicio. ¿Cuáles son las mejores formas de "romper el cántaro", de finiquitar nuestro ensueño de conseguir una cartera dividendera lozana? A mí se me ocurren estas, seguro que a vosotros se os ocurren más. Pongo primero las que me parece que son más probables y las que me parece que más podemos evitar con nuestro comportamiento:


MIEDO


1. Dejarse vencer por el miedo. Ésta me parece la más probable en este momento, porque a lo mejor no es este año, pero tarde o temprano en los próximos 3, 4, 5 años a lo sumo seguro que habrá una caída del 40% igual que la ha habido cada 10-20 años en el último siglo. Y cuando la cartera tiene cierto volumen ver que tenías 20.000 euros de ganancias virtuales y ahora tienes 20.000 euros de pérdidas puede que te acabe afectando y digas "lo vendo todo antes de perder todavía más". Y así cometes el gran pecado del pequeño inversor de salirte del mercado cuando está más abajo y sería el momento de comprar, que es lo que hacen los institucionales.

¿Cómo combatir este peligro? Yo creo que lo más efectivo es tener un grupo de apoyo de personas que compartan una filosofía de inversión a largo plazo y que te digan que no vendas, que sigas invirtiendo que ahora los precios son mejores (por eso me gusta este blog y algún grupo de Telegram que hay por ahí). También ayudará el fijarse en los dividendos mensuales que siguen cayendo, ésta es una gran ventaja que le veo yo a comprar empresas que pagan dividendos en vez de empresas de crecimiento que no paguen, o fondos que reinviertan automáticamente los dividendos sin que te caigan a ti en la cuenta. Puede que sea más efectivo fiscalmente, pero peor psicológicamente, por lo menos en mi caso es así.



AVARICIA


2. Dejarse vencer por la avaricia. El ejemplo más extremo de esto es lo que pasó el año pasado con las criptomonedas, con todos esos jovenzuelos que invertían 1000 euros y sacaban 100.000 (o eso dicen, que yo no conozco ninguno; sí que conozco gente que ha sacado algunos miles de euros, alguno que podría sacarlos ahora mismo si vendiera pero está esperando que vuelva a subir la cosa, y muchos que han perdido cantidades pequeñas de menos de mil euros). Pero mucho más común ha sido el apuntarse a comprar tecnológicas que estaban multiplicando por 10 (incluyendo Amazon y Google, y cosas más exóticas como BABA). Y también meto aquí el peligro de decir "vendo todo y lo invierto en la empresa X". Reconozco que a mí me asalta periódicamente la tentación de hacer algo de esto, o al menos de coger el colchón que tengo y meterlo en la empresa X que parece que va a duplicar en los próximos meses. Aquí me ayuda mucho el ser vago y que me cueste vender, especialmente acciones en las que tendría que pasar por Hacienda. Pero si invirtiera en fondos y pudiera cambiar de uno a otro sin pagar impuestos creo que habría caído alguna vez en rotaciones para coger la tendencia del momento, y creo que habría acabado comprando en máximos y vendiendo en mínimos.



CODICIA


3. Olvidarse del cuento. No sé si os ha pasado a vosotros, pero yo hace unos meses que llegué a las 6 cifras de cartera. 100.000 eurazos. Y el problema es que empiezas a pensar "con este dinero podría comprarme un apartamento en la playa" o "igual podíamos mudarnos al centro", o "podía comprarme un barquito y salir a pescar los fines de semana". En fin, supongo que captáis la idea: ves un nº redondo que has tardado años en conseguir y te das cuenta que da para mucho. La tentación será especialmente grande si un compañero de trabajo o un vecino te dice que ha dado el paso, y te invita a su adosado en la playa o hace una barbacoa en su huerta. A mí me ayuda mucho fijarme, no en la cantidad de dinero que llevo invertida que igual mañana es la mitad, sino en los dividendos mensuales o anuales que me genera, de hecho estoy pensando en borrar la casilla del Excel para evitar tentaciones. También me ayuda el pensar que tendría que pagar unos cuantos miles de euros a Hacienda. Pero aún así, a veces juego con la idea.



TENTACIÓN


4. Liarla parda: aquí incluyo varias cosas que rápidamente pueden acabar con el cuento de la lechera. También podría haberlo llamado "tener mala cabeza", me refiero a cosas como divorciarse, volverse alcohólico o drogadicto, gastarse más de la cuenta en tragaperras, bingos y partidas de póker. Me parece particularmente peligroso el primer punto, porque las estadísticas de divorcio son espeluznantes. O también me afecta el que mi mujer estudió derecho y muchos de sus compañeros de Facultad se dedican a llevar divorcios, así que conocemos muchos casos. O porque tengo algún amigo que teniendo un buen trabajo con un sueldo importante, ve que le cuesta llegar a fin de mes después de haberse divorciado hace un par de años y tener que pagar pensión y nueva hipoteca. Cuidad a vuestras mujercitas / mariditos como un tesoro, no sólo por motivos financieros; y no os fijéis demasiado en las vecinitas, haced como PP, alegraos la vista cuando se asoman a la ventana a tender la ropa pero no vayáis a pedirles azúcar y ya de paso a invitarlas a unos whiskises el fin de semana que os quedáis solos en casa. También es verdad que a veces, "mejor sólo que mal acompañado", pero que sea por una buena razón, no por retozar con jovenzuelas que dentro de unos años dejarán de ser jovenzuelas.




SUERTE (MALA, BUENA...¿EXISTE LA SUERTE?)



5. Tener mala suerte. Cualquier día te miras al espejo y ves un bulto, o vas al médico y te dice que 'te va a mandar más análisis por si acaso', y ya estalló el cántaro en mil pedazos. O un terremoto, o que el país de al lado decida invadirte. Pero como esto es algo que no podemos evitar, no merece la pena amargarse por esto. Si tiene que pasar pasará, y mientras podemos alegrarnos cada día que termina de que no nos haya pasado.



Saludos
Aprendiz