El amigo Sean y la epifanía financiera

Hola mis queridos niños y niñas, es una inmensa alegría que me llena de orgullo y satisfacción, (Que diría el Juancar...) el dejaros una nueva entrega de la serie favorita del pueblo..."El Rincón del lector".
Hoy nuestra amiga La anónima enmascarada nos trae la historia de un canadiense que salió de la carrera de la rata en menos tiempo, del que yo tardo en trincarme una cerveza, je,je,je. El tío lo hizo en plan friki total, pero los resultados son increíbles. ¿Merece la pena tanto esfuerzo?...BUENA PREGUNTA...ahí tenéis los comentarios para expresar vuestro parecer.

Querida anónima enmascarada, muchas gracias por mantener vivo El Rincón...



EL AMIGO SEAN Y LA EPIFANÍA FINANCIERA

Hola amigos del Pobre Pecador. Hace un par de meses conocí la historia de una persona a la que desde entonces quise daros a conocer. Se llama Sean y me hizo reflexionar sobre la ratio esfuerzo/beneficio. A mí me ha dejado un poco sorprendida la habilidad que tiene nuestro amiguito de fundirse las hipotecas en menos que canta un gallo, jeje. Por eso lo traigo aquí a colación, a ver qué pensáis.

Nuestro amigo Sean es canadiense, y se compró una casita muy mona, en Toronto, en el verano del 2012, por unos módicos 425000 dólares.
Bueno, pues fue noticia el año pasado porque salió en televisión muy peripuesto y quemando su hipoteca. Aquí está el vídeo:

En él explica su motivación para acabar con la deuda tan pronto, y recalca que no tiene herencias ni cosas así... alquiló su casa, vivió en el sótano de la misma, trabajaba un montón, no salía mucho y gastaba lo mínimo.

Conocí su historia a través del Blog “Financial Samurai” y en él había partidarios y detractores de su actitud; a mí por mi parte me parece admirable. Siendo una persona joven, es verdad que se ha quitado tres años de vida, ha sido esclavo durante tres años a cambio de dejar de serlo después. Cuántos no somos hoy día esclavos de nuestros trabajos, aunque digamos mejor semiesclavos, que lo otro es demasiado fuerte, pero creo que se entiende.

Yo estoy llevando a cabo también un ahorro “salvaje”, aunque en meses como estos con paga extra me desahogo haciendo algunas compras que echaba en falta.

Quedo muy lejos del amigo Sean, tanto en capacidad de ahorro, como en juventud, como en todo, pero sí que me siento inspirada con historias como la suya, y comienzo a comprobar en carne propia que SÍ SE PUEDE (no va con recochineo jejeje, o sí... jeje, qué alegría ver la cara del coletas el otro día jejeje pobrecito jiji), en fin, quiero decir, que cada mes siguen entrando los dividendos.

Todos los meses cobro, unos más y otros menos, pero por mucho que haya Brexit o tormentas financieras varias, mis divis a mi cuenta jeje. Qué alegría empezar el mes con un paguito de REE, el lunes o martes me ingresarán de mis Cocacolas... y así. Al final todo lo demás es ruido. Es cierto que lo que hizo el amigo Sean es algo extremo, pero si lo pensamos bien, y el camino no es de muchos años, creo que merece la pena, pues si no, el estrés puede acabar con nosotros; lo veo en mí y a mi alrededor, estrés que provoca la aceleración de enfermedades degenerativas, estrés que tensa los músculos y crea contracturas, que no te deja dormir bien... en fin, mil sitios por donde puede salir el estrés, y para mí tener mis dividendos ya me está aportando una seguridad extra, porque ahora veo que sí que esto funciona verdaderamente, que todos iremos alcanzando nuestros objetivos, cada uno el nuestro, el que sea la IF perfecto, el que no su buen complemento para su jubilación, su tranquilidad y la de su familia... eso no tiene precio.

En fin, todo esto por si aquí hay algún escéptico vengo con esta historia del amigo Sean a darle la buena nueva de la EPIFANÍA FINANCIERA, un concepto que leí también ya no me acuerdo dónde  y que se refiere a ese momento en que decidimos meter el mundo de las finanzas en nuestras vidas, y conocer el funcionamiento del interés compuesto y los ingresos pasivos. En mi caso, con tiernos 26 añitos soñé con lograr la IF de la misma forma que ahora pero en vez de acciones yo contrataba depósitos. En aquellos años mi ahorro era máximo y conseguí unas buenas rentabilidades, pero lo que no sabía era cómo funcionaban los dividendos.

Qué pena no haberlo sabido antes porque llevaría mucho adelantado...o no, porque igual hubiera pillado los años de burbuja. Me metí en bolsa con algunas pequeñas compras que me dieron algún sustillo y salí despavorida hasta esta segunda vez, en que, gracias a Gregorio y los blogs que existen por ahí, me volví a replantear todo y diseñar una estrategia que me llevara a poder vivir sin trabajar, vamos a decirlo claramente jeje. Estará feo decirlo, o más bien no te puedes permitir decirlo, vamos, esto hay que llevarlo en secreto máximo. Menos mal que tenemos internet para darnos ánimos jejeje. Pues eso, ánimos que los divis siguen engordando.

Atentamente,
La anónima enmascarada