El duro camino para que no te desplumen. El principio de los Naintis

Hola, ¿qué tal?  Aquí seguimos, en este rinconcito del blog del Pobre Pecador, junto a la chimenea, y con un vasito de güisqui con hielo. ¡Ah! ¡¡Mmm! Parezco el de la wiskipedia  del programa de Nuria Roca. ¡¡Cuántos recuerdos se agolpan en mi mente!! ¿Por dónde iba? ¡ah, si!
En anteriores episodios: Un tipo de 18 años se piensa que siendo accionista se va a forrar, y palma un tercio de un sueldo, que le costó sudores ganar.


EL DURO CAMINO PARA QUE NO TE DESPLUMEN. EL PRINCIPIO DE LOS NAINTIS.

Los juegos olímpicos de Barcelona estaban al caer. Freddie daba la brasa cantando a dúo con Montserrat Caballé en la tele, y con lo que había ahorrado trabajando los veranos me compré un coche de segunda mano. Un Renault 5 GTL, 5 marchas, servofreno, verde metalizado.

 Tenía 9 años y menos de 50.000 km. 300.000 pelas. Tampoco es que hubiera mucha oferta por aquel entonces y necesitaba el coche para ir a la universidad porque el servicio de autobuses era inexistente. Una cosa me llamó la atención. Cuando el dueño me dio toda la documentación, me dio también la factura de compra. Ese coche, 9 años antes, le había costado también sobre 300.000 pesetas. (“Qué capullo”, pensé,” me ha vendido el coche por lo mismo que le costó y eso después de usarlo 9 años”)

¡Ah amigos! En mi desconocimiento, no había tenido en cuenta una variable muy importante en la inversión a largo plazo. La inflación. Cuidadín con la inflación. Cuando me deshice del R-5, años mas tarde, compré un flamante Ibiza por 1.900.000 pelas. ¿Sabéis por cuánto vendí el Ibiza a los 10 años? Pues no hubo forma de encontrar a nadie que me lo comprara por más de 1.800 € (300.000 pts). Dentro de mí una vocecita se sumó a la que oigo todos los días (…caaapuuullloooooo….) y me dijo (… acuérdaaateee de la inflacióooooon…)

¿A qué viene esta introducción? Pues no sé, pero me gusta recordarlo. No es lo mismo comprar REPSOLES a 1.935 pts en 1997 que a 11,63€ en 2016. En 1997 tenía para 30 cafés o 3 menús, y hoy tengo para 10 cafés o 1 menú. Si pero ¿y los dividendos? Ya ,ya… otro día hablaremos de esto.

Ahora vamos a lo que íbamos. Los noventa, La Quinta Marcha, No te rías que es peor, Marianico el Corto, Don Julio, Emilio Laguna, Spook, Su media naranja, Chicas de hoy en día, Ponte las pilas, y todas aquellas cosas que nos recuerdan la época de hombreras y zapatones.

Tras los bailoteos con Chimo Bayo, OBK, Nick Kamen y Añón de los fines de semana, vuestro narrador se enfrentaba a los estudios universitarios.

  La nueva licenciatura de Dirección y Administración de empresas, en el plan nuevo, con créditos, como en países adelantaos. Primera promoción. Mis compañeros y yo luchábamos cada mañana por encontrar un asiento libre en clase y no tener que tomar apuntes en el suelo. Todos soñábamos con ser Mario Conde, con pillar alguna forrada como Los Albertos, y estudiábamos ávidos los casos del Boston Consulting Group, paseando el Samuelson (decimotercera edición, el mas gordo de todos los que han salido) demostrando al mundo que nosotros ¡¡SI, NOSOTROS!! íbamos a cambiar el mundo con nuestras ideas y proyectos, que para algo éramos gente de estudios, leñe.

Allí conocí en la asignatura optativa “Mercados Financieros”, lo básico de la bolsa. Los brokers, los dealers, el hombro cabeza hombro, fundamentales, que si baja el interés sube la bolsa (no sé yo si eso lo siguen diciendo a día de hoy) y poco mas. Al final del curso, el profesor nos dejaba elegir, además del examen, entre hacer un trabajo o una práctica invirtiendo dinero real/o no, y explicándole el proceso de contratación, elección de los valores etc. De él, recuerdo el mejor consejo que pudo darnos  “Si al final invertís, hacerlo solo por el dinero que no vayáis a necesitar”.
Esa borrachera de conocimiento hizo que entre mis compañeros surgiera el gusanillo de la bolsa. Yo, escaldado por mi anterior experiencia, y sabedor de que me costaba mucho esfuerzo pasarme los veranos trabajando a turnos para perder pasta así a tontas y a locas me mantuve un poco al margen, pero mis compañeros y compañeras… ¡¡¡aaah mis compañeros y compañeras!!!.
Creyendo, ingenuos ellos, que con 5 créditos ya sabían lo suficiente como para forrarse en bolsa, se lanzaron deseosos hacia sus entidades bancarias para abrirse cuentas de valores. Se formaron grupos, clubs de inversión, peñas… No recuerdo si por aquel entonces todavía funcionaban los corrillos en bolsa con tios descamisaos con los sobacos sudaos gritando alrededor de otro subido en una mesa y en el lápiz en la oreja. Lo que si sé es que se podía operar con relativa facilidad desde ciertas entidades bancarias.
“¿Ciertas? Será todas ¿no?”.

Pues no, estimado lector, no. Unas compañeras mías fueron a la Caja Rural de su pueblo, y cuando dijeron que querían invertir en bolsa y abrir una cuenta de valores, al señor de la ventanilla casi le da un vahído. ¡¡No sabía si tenían cosas de esas!! “¡Que aquí solo tenemos cuentas corrientes y plazos fijos, señoritas! ¡no me líen! Desde luego, estas modernas…”
La bolsa subía, y aquellos meses, en la cantina, solo se escuchaba hablar de medias, de velas, de flechas, de tendencias, de rumores, del cambio peseta dólar, de Maastricht, de que si Repsol era un Blue Chip, que si Saltos del Nansa, que si Banco Esfinge, Viscofán…

Hasta que la bolsa pegó un bajón, no recuerdo por qué, eran tiempos convulsos y hubo una crisis importante tras la Expo y los Juegos Olímpicos.

Al acabar el curso, los clubs de inversión ya se habían disuelto, las peñas se reciclaron para dedicarse a las quinielas reducidas, y casi todos acabaron con números rojos. Alguno siguió, por supuesto, y hubo quien hizo su dinerillo. Imagino que habrá compañeros que habrán continuado con inversiones en bolsa, y habrán hecho sus pinitos. Pero que yo sepa, nadie se hizo rico. Tampoco nadie se arruinó.
Poco a poco la bolsa se fue haciendo mas popular. Creo recordar que en 1993 la bolsa pegó un buen subidón, y por aquella época abrieron en la capital algunos locales habilitados por entidades bancarias donde podrías consultar en tiempo real las cotizaciones que iban pasando por unas TV de tubo, y paneles de esos de lucecitas que corren las letras. Los abueletes inversores pasaban allí las tardes viendo subir o bajar las matildes mientras se fumaban un faria. No duraron mucho tiempo abiertos.

De aquella época aprendí algunas máximas bursátiles, algunas han dejado de ser dogmas para mí, y en otras creo cada día más profundamente:

• A largo plazo, la bolsa siempre sube y siempre se gana. (Yo os puedo decir en mis cannes que es FALSO!!! O al menos, relativamente Falso) Esto lo haré en el próximo capítulo, que tengo que recabar información y no tengo ganas de soltar este vaso guiski que es del bueno, de Cheli.

• Un mono tirando dardos puede montar una cartera tan válida/rentable o más que la de la media de los expertos. (¡¡Verdadero!! No siempre es así, pero puede ser. La Bolsa tiene un gran componente aleatorio, solo explicable a toro pasado.) Estoy seguro de que un mono tirando dardos a las páginas de cotizaciones del Expansión, borracho como una cuba, bizco, y manco, es capaz de montar una cartera que se comporte mucho mejor que la mía.

• Y la MORALEJA que resume el día de hoy,  NUNCA NUNCA NUNCA METAS EN BOLSA DINERO QUE VAYAS A NECESITAR. Y como consecuencia de esta máxima NUNCA NUNCA NUNCA PIDAS PRESTADO PARA INVERTIR EN BOLSA.

Y eso que he conocido gente que le fue de P.M. y pidió un préstamo para comprar SAN a 4 y vendió a 6. Devolvió en préstamo por anticipado y ganó pasta. Peeeero, como se verá en próximos episodios (qué largo se me va a hacer, Dios mío. Tendré que comprar mas wiski).

También conozco gente (ejem, un amigo, eso, si, un amigo) que en plena fiebre OPV hizo solicitudes de compra estratosféricas, (imaginando que habría prorrata), no la hubo, el banco le dejó dinero, y aquellas acciones se hundieron cual Titanic. No recuerdo que OPV fue. Hubieron tantas. ¿Adolfo Dominguez, Paternina,  Pharmamar, las malditas Deutsche (Telekom-Post)? ¿Qué mas dá?

Balance anterior: -120,00€
Resultado principios naitins: 0€ (¡ostitu! ¡hoy no he perdido nada!)
Balance total: -120,00€

Hasta aquí mis vivencias hasta mitad de los 90. Pronto llegarán las OPV, los Equs, Roldán, y mis vicisitudes con la bolsa. Hasta ahora no he palmado casi pasta. Tranquis. Todo llegará, ¡¡morbosos, que sois unos morbosos!!!
Si detectáis errores en las fechas, es normal, ya casi no me acuerdo de nada, y el médico que me recomendó Montserrat solo me dice que abandone el wiskey, que mata neuronas. Disculparme por ello.
Hasta el siguiente capítulo, y sólo si queréis.
S.A.R.  A.I.


Pd. Como alguien diga que me he copiao el post de otra parte, ¡¡¡me la corto!!!